HISTORIA

La historia de la Noche Vacua llega a su capítulo final...

Las estrellas se alinean en el sistema celeste,
este receptáculo cósmico...
La “Noche Vacua” cae sobre nuestro mundo,
y el “tiempo” que ha permanecido congelado durante tanto tiempo vuelve a fluir, silenciosamente.
Las almas que toma prisioneras se reúnen en torno a un “individuo” singular.

Hace mucho tiempo, la que alguna vez fue llamada la más poderosa de todas,
la bruja Paradoja, la Oscuridad Deslumbrante, se propuso conquistar esta ciudad.
Pero sus ambiciones fueron frustradas por un niño armado con el Insulator,
una espada que se cree que es la clave del misterio de la Noche.

Entonces pareció que la agitación provocada
por la “Noche” se había disipado gradualmente y la paz había regresado.
Y fue en ese momento cuando reapareció el verdadero “enemigo”.
Habiendo permanecido al acecho en la oscuridad durante mucho tiempo,
omentando sus planes y organizando su implementación, Kuon Aeon, también llamado el "Renacido".

Se deshizo fácilmente de todos los Nonatos reunidos esa Noche y proclamó en voz alta:

“Cuando llegue la próxima “Noche”,
este “mundo” estará condenado a la destrucción.
La columna de fuego que surge del infierno arderá durante siete noches,
y la “Noche” y este “mundo” se convertirán en uno.
Ésta es la ley del sistema celeste.
Y pronto llegará el “Immortalize”…”

Lo que quiere es atravesar el “muro” que separa los mundos y llegar al otro lado.
Lo que quiere es la “cabeza” de este enemigo que se le escapó...
Si se destruye el "Muro de la Noche",
una ola interminable de "Vacíos" inundará la Noche y toda la vida en este mundo será devorada y aniquilada.

Para hacer frente a esta amenaza,
los “Nonatos” volverán a tomar las armas esta Noche.
Mientras alimentaban sus propios diseños,
se propusieron destruir a la entidad que estaba en la fuente de este tormento, Kuon.

Atravesando tiempos y épocas,
nuestra historia se repite una y otra vez.
El ciclo de “Noche” no tiene fin.
Debemos romperlo y acabar con él de una vez por todas, esta Noche...